Adivina, ¿donde estoy?

      "Adivina, ¿donde estoy?".


      Este juego de memoria se puede empezar a jugar con niños pequeños, nunca es demasiado pronto para introducir este tipo de juego, aunque hay que saber que cuando se cansa o se aburre hay que dejarlo y no forzarle a jugar. Conforme los niños van haciéndose mayores se puede ir aumentando el número de parejas. 

      Este juego también se puede fabricar en casa cogiendo imágenes que al niño le motiven, si son pequeños se pueden imprimir en tamaño grande por duplicado e incluso se pueden plastificar para que duren más tiempo. Cuando el niño es mayor se puede aumentar la dificultad añadiendo más parejas y disminuyendo el tamaño de las imágenes. 

      Es el típico juego de encontrar parejas entre una serie de cartas colocadas boca a bajo en una mese, y en función de las edades utilizaremos más o menos parejas. Este juego se puede jugar en solitario o en grupos de 2 a 6, en cada turno el jugador ha de levantar dos cartas para formar una pareja de imágenes iguales, si al levantar alguna de las cartas es distinta las vuelve a dejar como estaban al comienzo de su turno y continua el siguiente jugador, así sucesivamente.

      Jugar a este juego de memoria favorece los procesos cognitivos básicos de percepción, atención y memoria, sin descontar que ayuda y favorece a los niños que se centren en una actividad (concentración en lo que están haciendo). Contribuye al aprendizaje de las reglas y normas que se han de seguir, ayuda a trabajar la espera y la frustración cuando los niños pierden, sin olvidar que con este juego aumenta su conocimiento sobre objetos, animales o plantas.

       Esta actividad tiene relaciones múltiples:
  • Atención: desde el inicio de este juego se requiere una atención sostenida para mantenerla durante toda la tarea. También una atención selectiva que le permita la identificación y discriminación de las características más relevantes.
  • Procesamiento de la información visual: exige manejar lateralidad y memoria visoespacial para recordar el lugar que ocupa una imagen. Con esta actividad también se trabaja habilidades visomotoras ya que se usa simultáneamente los ojos y las manos, con los ojos dirige la atención al estimulo visual y con las manos ejecuta la tarea (coordinación óculo-manual).
  • Función ejecutiva: se pone en juego al diseñar planes como ir de arriba a bajo, de izquierda a derecha... También destaca la capacidad de inhibición que les permite centrarse en la tarea y no hacer otra cosa. Destaca también la flexibilidad cognitiva, por su capacidad de revisar planes frente nueva información o errores, relacionado todo ello con la capacidad de adaptación a condiciones cambiantes.




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